domingo, 16 de junio de 2013

Las Normas ISO

El problema de las Normas ISO es que son mucho número y poca sensibilidad. El Sistema de la Calidad montado por los macacos, las Normas ISO, esta hecho por y para una fábrica de chorizos. Como lo que son ellos: unos chorizos. Tanto los protocolos hospitalarios como el sistema de la calidad están montados por ellos y todos con el mismo fin.

El único fin es tener estrechamente controlados a los trabajadores para que no tengan ni puedan pensar por ellos mismos. Es decir, que han montado un buen sistema policial.

Es muy peligroso que los trabajadores piensen por ellos mismos, pues así se descubriría pronto lo que ellos son: unos chorizos. Así que se dedican y ponen todo su empeño a perseguir al que se rebela contra su nefasta actuación.
Porque el problema de los macacos es que ponen normas que tienen que cumplir todos, por lo tanto ellos también. Y luego van y no las cumplen. Los macacos y los maquiavelos son los primeros que se saltan sus propias normas.

Como todos los chorizos, son unos insensible y por tanto les importan un comino los trabajadores y los pacientes. Son egoístas y miserables y sólo les preocupa su propio choriceo. ¡Cuánto más chorizan más importantes se sienten!
Y el que no encaje en su sistema, pues ¡FUERA!, ¡ADIÓS!, ¡Bye, bye!: ¡EXPEDIENTE DISCIPLINARIO!

El problema es que macacos y maquiavelos no deberían estar al frente de un Sistema Sanitario, un sistema que se tenía que haber hecho para recuperar la salud de la gente. Con el sistema actual lo único que se consigue es poner enfermos a los trabajadores y cronificar a los pacientes. ¡Todos Malos!

Unas normas sanas y saludables tendrían que ser sensibles, tener en cuenta que trabajamos al servicio de gente enferma, de gente muy vulnerable,  y que como trabajamos en un sistema muy vulnerable, los trabajadores también lo somos. Tendrían que promover que se trabajara en equipo y que se evitaran los egoísmos personales y colectivos. 

Las normas actuales son propias de un sistema policial y tirano, y por ello no pueden funcionar. Hacen catacrac continuamente.

Y después nos toca a todos lo que en realidad les tocaría, de su propio bolsillo, a los macacos: ¡Pagar más de 50 MIL EUROS por un desastre!