El pelele Oliva y su sicario Elangelito llegaron decididos a hacer negocio
con la salud de los aragoneses y a eso se han dedicado, en cuerpo y alma, todo
el tiempo.
Como no pudieron eliminar el hospital, decidieron alargar las listas de
espera hasta los extremos escandalosos de hoy en día.
Y ahora que estamos en año electoral, intentan paliar los desastres por
ellos provocados enviando gente a centros privados; más que nada para acallar
un poco a la población y como buenos trileros que son, engañar diciendo, a
diestro y siniestro, que ellos han reducido las listas de espera.
Pero los centros
privados quieren dinero y nada de cosas complicadas. Así que estos centros sólo
sirven para chupar del bote y no solucionan nada de nada.
Las cosas ahora
están tan mal en el área del hospital donde trabajo, que la gente se muere en el camino de las listas de espera.
El que no es rico o importante puede ver que su turno en la lista no llega
nunca.
Esto lo pude constatar personalmente con un pariente mío, que estaba en la
lista de espera de operación del corazón.
Su turno no llegaba nunca y un día empezó a sangrar sin parar por la nariz,
debido al sintrom que le obligaban a
tomar.
Le ingresaron en el hospital, pero no podían contener los borbotones de
sangre que le inundaban la garganta. Le pusieron un aparato para que no pudiera
cerrar nunca la boca y, la verdad sea dicha, mi pariente sufrió mucho.
Ningún médico sabía qué hacer, así que una noche, mientras los médicos dormían,
mi pobre (de dinero, se sobreentiende) pariente murió sin que ningún médico
fuera a atenderlo.
Las condiciones de su muerte fueron muy angustiosas y de un gran
sufrimiento.
Si yo tuviera aspiraciones a santa, diría que una muerte así no se la deseo
ni a mi peor enemigo.
Pero no, no aspiro a ser santa, así que puedo decir, con la conciencia bien
tranquila, que una muerte así de angustiosa se la deseo no a Elangelito, sino a
algún familiar suyo, para que él pueda ver con sus propios ojos el sufrimiento
que ha provocado en la gente.
Ya sé que no caerá esa breva, porque los
macacos, sus familiares y amigos tienen vía directa a los mejores cuidados
de la sanidad pública. Pero ahí queda eso, mi deseo suspendido en el aire.
Como ya he dicho anteriormente, el pelele Oliva y el satánico Elangelito
han tenido a su disposición una buena
arma para estafar: El CASAR.
Pues bien, el año pasado nos enteramos de que el Tribunal de Cuentas
detectó en su fiscalización del CASAR continuas
pérdidas de 4 millones de euros anuales desde el 2011, justamente el año en
que llegaron el pelele Oliva y su sicario Elangelito.
Y de la fiscalización de los ejercicios del 2012 y 2013 se extrae que en
ambos se acumularon 15,57 millones de euros en facturas en los cajones y que
hubo pérdidas de 3,41 y 3,94 millones en ambas anualidades.
¿Cómo creéis que lo han resuelto los macacos?
Pues es sencillo, en diciembre del 2014 eliminaron de un plumazo el CASAR y
lo integraron en el sistema público de Salud.
¡A pagar entre
todos los aragoneses!
Eso sí, los macacos de Aragón tienen mucha suerte, nadie se atreve a
denunciarlos por estafa al juzgado.
¿Será porque la justicia está también podrida?
Supongo que la tu pregunta debe de ser retórica, pero por si acaso alguien no se ha dado cuenta, contesto: SÍ, la justicia también está podrida. Sino, ¿cómo se entiende que esos ladrones y estafadores sigan por la calle riéndose de todo el que sufre para llegar a fin de mes? Se ríen de nosotros entre todos: políticos, jueces, policías..... En fin, todos los que son "amiguitos de" y chupan del bote.
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