Yo tengo claro y me parece que ya lo he dicho varias veces, por activa y por pasiva, que no nos podemos fiar de los sindicatos: de ninguno.
Lo malo de esto es que, tal como están las cosas, necesitamos, casi todos los trabajadores, alguien que nos ayude. Cualquiera que tenga problemas en el trabajo, lo primero que se le ocurre es acudir a un sindicato; es lo normal, pues para algo es una organización de trabajadores. Los sindicatos se fundaron para ayudar a los que trabajamos, cosa que han olvidado los mandamases de las organizaciones sindicales. Antes trabajaban a favor nuestro, pero eso era hace ya mucho tiempo, ahora todos se han prostituido por dinero y poder.
Hasta ahora yo siempre había confiado en los delegados de base; me parecía que, como trabajadores del mismo lugar, tenían más empatía por nuestros problemas. Pues resulta que hasta en eso me equivocaba: no se puede confiar en cualquier delegado. Algunos te pueden clavar una buena puñalada trapera.
Para muestra, un botón:
Hace unos pocos días vino el delegado del CSI-F del hospital al laboratorio, por un asunto personal, y cuando lo vio, la Supervisora del Laboratorio se asustó mucho y le preguntó, con cara de preocupación, que qué pasaba, que si había ocurrido algo relacionado con el laboratorio.
A lo cual, el delegado la tranquilizó, le dijo que venía por un asunto personal y que, según palabras textuales suyas, “tú ya sabes que si pasara algo, enseguida vendría a decírtelo”.
¡No me lo podía creer!, ¡será caradura!: ¿Cómo podía aquel trabajador sindical decirle eso, tan descaradamente, en medio del laboratorio, donde todos pudimos oírlo? ¿Cómo podía tener tanta barra? O sea, que si cualquier trabajador del laboratorio va a decirle que tiene un problema, él lo primero que hace es comunicárselo a la Supervisora, que es precisamente la que más mangonea, más injusticias hace y la persona más interesada, manipuladora, chanchullera y mentirosa de este mundo
¡Pues sí que estamos bien! ¡Así no hay manera de arreglar nada!
Yo os diré por qué no le preocupa, al delegado, que descubramos cómo es: por prepotencia, por chulería, porque sabe que no pasa nada y porque sabe que el sindicato premia a los deshonestos y chanchulleros, que son los que ascienden a las alcurnias.
Lo dicho: ¡Cuidad mucho a quien le contáis vuestros problemas!
Lo malo de esto es que, tal como están las cosas, necesitamos, casi todos los trabajadores, alguien que nos ayude. Cualquiera que tenga problemas en el trabajo, lo primero que se le ocurre es acudir a un sindicato; es lo normal, pues para algo es una organización de trabajadores. Los sindicatos se fundaron para ayudar a los que trabajamos, cosa que han olvidado los mandamases de las organizaciones sindicales. Antes trabajaban a favor nuestro, pero eso era hace ya mucho tiempo, ahora todos se han prostituido por dinero y poder.
Hasta ahora yo siempre había confiado en los delegados de base; me parecía que, como trabajadores del mismo lugar, tenían más empatía por nuestros problemas. Pues resulta que hasta en eso me equivocaba: no se puede confiar en cualquier delegado. Algunos te pueden clavar una buena puñalada trapera.
Para muestra, un botón:
Hace unos pocos días vino el delegado del CSI-F del hospital al laboratorio, por un asunto personal, y cuando lo vio, la Supervisora del Laboratorio se asustó mucho y le preguntó, con cara de preocupación, que qué pasaba, que si había ocurrido algo relacionado con el laboratorio.
A lo cual, el delegado la tranquilizó, le dijo que venía por un asunto personal y que, según palabras textuales suyas, “tú ya sabes que si pasara algo, enseguida vendría a decírtelo”.
¡No me lo podía creer!, ¡será caradura!: ¿Cómo podía aquel trabajador sindical decirle eso, tan descaradamente, en medio del laboratorio, donde todos pudimos oírlo? ¿Cómo podía tener tanta barra? O sea, que si cualquier trabajador del laboratorio va a decirle que tiene un problema, él lo primero que hace es comunicárselo a la Supervisora, que es precisamente la que más mangonea, más injusticias hace y la persona más interesada, manipuladora, chanchullera y mentirosa de este mundo
¡Pues sí que estamos bien! ¡Así no hay manera de arreglar nada!
Yo os diré por qué no le preocupa, al delegado, que descubramos cómo es: por prepotencia, por chulería, porque sabe que no pasa nada y porque sabe que el sindicato premia a los deshonestos y chanchulleros, que son los que ascienden a las alcurnias.
Lo dicho: ¡Cuidad mucho a quien le contáis vuestros problemas!
¿Cómo te atreves a incluirte entre los que trabajamos?. Si todo el mundo sabe que eres una vaga, que te pasas la jornada leyendo novelas. La persona a la que insultas trabaja en media hora más que tú en toda la mañana. Lo que pasa es que el problema lo tienes tu en tu cabeza, que estás como una puta cabra.
ResponderEliminarPuede que la supervisora sea muchas cosas, pero lo más seguro y conociéndote, ninguna de las que tú dices; pero tú si, tú eres lo más rastrero y cobarde que ha parido madre, te escudas en el anonimato de la red, dónde todo vale, para insultar y atentar contra el honor de mucha gente. El anonimato te sirve, claro está, en lo que respecta a las implicaciones legales que podrían tener tus insultos, porque evidentemente todo el mundo que lee este blog sabe quién eres. ¡¡¡Hay que ser burra, pero burra, burra, para llegar a esta situación, la verdad es que no hay más que ver el careto que tienes!!! ¡¡¡Qué miedo da mirarte!!!
EliminarTodo indica que la capacidad de discernimiento y la inteligencia no te funcionan, sino ¿cómo puede uno llegar a este extremo y además pensar que se tiene toda la razón y que el resto del mundo está equivocado? ¿No tienes nadie cerca de ti que te quiera y te dé buenos consejos? ¿No vas a la consulta de un profesional que te limpie la mente de toda la basura que tienes dentro? Debe de ser que no, y si vas, no debes hacer mucho caso de lo que te dice.
Otro ejemplo de tu obnubilación mental es considerarte a ti misma una trabajadora, ¿Pero cómo se puede tener tan desenfocada la realidad? ¿Tú has visto a algún trabajador de verdad que se pase toda la mañana leyendo libros y revistas de autoayuda? Está claro que no seré yo quién diga que no los necesitas; pero este no es el sitio ni el horario para eso.
Lo dicho: un reptil, que es a lo que más te pareces, tiene más inteligencia que tú. Como ves, un ser rastrero y frecuentemente venenoso muy alejado de tu diosa cazadora, Artemisa. Hasta para identificarte con un arquetipo estás perdida. ¡Que pena das!
Su comentario ratifica el mobbing a Artemisa, citando a uno de los expertos en el tema: Siempre se presenta a la víctima como torpe, malvada, perversa, incapaz, malintencionada, etc... Este proceso de satanización forma parte del proceso de acoso (Piñuel).
EliminarVoy a comenzar a dar a conocer los comportamientos típicos de los acosadores por si alguno de los que leen este blog y sus comentarios se identifica y decide curarse, ya que ellos son los verdaderos psicópatas y muchas veces todavía no lo saben.
Firmado: Un experto.
No prestes oídos (ni ojos, ni entendimiento)
ResponderEliminara los que envidian la pureza de tu mano
y las curvas certeras
que describen las flechas de tu aljaba.
Mírate al espejo
y sigue calmando los mares
para impedir el desembarco:
ellos han visto en tu rostro
las luces de Apolo
y quieren arrebatártelas.
© M. Rosario Martínez Romero
Aquí Artemisa:
ResponderEliminarMuchas gracias al anónimo que ha dejado un bonito poema. Me ha calmado el ánimo después de leer el odio que han dejado aquí los dos comentarios anteriores.
Intento seguir mi camino sin prestar oidos, ni ojos, ni entendimiento; pero inevitablemente algo se filtra y el camino se hace dificil. De todos modos yo sigo y seguiré hasta el final de mi tiempo.
Gracias.
Me parece que estos comentarios hacia ella están cargados de sentimiento de culpa y despecho. ¿No será usted un "jefe tóxico" bien tipificado por los mejores expertos en mobbing? Por su intervención encaja en el perfil a la perfección. Todo lo que argumenta es lo que dicen los acosadores para justificarse. Quizás este cavando su propia tumba.
ResponderEliminarSi de verdad lo es, le invito a que siga leyendo en el blog de Artemisa, porque LA VAMOS A AYUDAR.
¡SOMOS MUCHOS MÁS A PARTIR DE HOY, Y MUY PODEROSOS! En diferentes ámbitos, pero sobre todo en derechos humanos. Quizás consigamos con usted lo que la vida no ha logrado, QUE SEA UN POCO MEJOR PERSONA y deje de hacer daño a los demás.
Si yo me he equivocado y no es un acosador, ¡déjela tranquila! Es una buena terapia contar sus vivencias y puede ayudar a otros. Su experiencia vivida es suya y siempre será su verdad.
Firmado: Defensor de los derechos humanos.