martes, 19 de septiembre de 2023

Roma contra el amor

 

Si una cosa está clara es que a los imperialistas (las SS), que se consideran los amos y señores de este mundo, les encantan los símbolos y los han ido repartiendo por todo el planeta.

Así Roma también tiene su significado, como otras capitales, y nos deja muy claro que el antiguo máximo dirigente de esa ciudad y sus acólitos están contra el amor. Sólo tenéis que leer Roma al revés y os dará Amor.

Roma fue ocupada en el siglo XVII por el Sacro Imperio Románico Germánico, donde instaló su centro de operaciones, creando el Estado del Vaticano. Aquí puso al mando del mundo, como cabeza visible del imperio, al Sumo Pontífice o Papa.

Antes de 1600 Roma no existía como la historia nos ha señalado; es decir… “el lugar donde habitaron los antiguos romanos”. Los antiguos romanos son una divertida fantasía de Hollywood. Puro entretenimiento.

La verdad es mucho más dura y más próxima a nosotros. El Vaticano nos esclavizó y nos condujo a la miseria, tanto espiritual como material. Nada de amor, sino todo lo contrario…pura maldad.

Antes de 1600 no existían fronteras en el mundo y tampoco en la península itálica. En esta península, como en todos los lugares del mundo, habitaban pequeños pueblos dispersos por toda la zona. La actual Roma era una ciudad menor, sin importancia, tal como demuestran los mapas medievales que se han conservado, y relativamente pequeña. Por esta razón no hay apenas rastro de su pasado medieval. Fue con la ocupación del Vaticano cuando Roma empezó a alcanzar esplendor. Fue el inicio del Imperio Romano.

La  dura realidad es que La figura del Papa fue creada para la dominación del mundo entero mediante la religión cristiana, la colonización y la creación de un Nuevo Mundo sometido al Sacro Imperio. No podía ser con amor, sólo con malevolencia y crueldad podían conseguir sus objetivos.

Necesitaban crear el caos y las guerras, única manera de que pueblos que hasta entonces eran libres, cada uno con su lengua y su religión, poderlos dirigir al servicio e interés del Imperio.

Ya lo dijo el gran esclavista de España, Franco: “Una unidad de destino en lo universal”; es decir una España con una única lengua y una única religión, impuestas por supuesto, para podernos dirigir a un dominio universal. Está claro que Franco estaba al servicio del Imperio Sacro y que fue ayudado por el Vaticano a ganar la guerra civil con la condición de someternos a su potestad.

Por la guerra, el dolor y el sufrimiento hemos sido dominados… ¡nada de amor!

La religión y el Estado han sido creados para aborregarnos y al Sumo Pontífice romano se le ha dado el cargo de pastor del rebaño. Él recoge los beneficios de los frutos que nosotros producimos y los reparte con sus secuaces.

Han erigido centros religiosos y templos, instituciones creadas para despojarnos de nuestro poder; para que el ser humano no crea en sí mismo y dependa psíquica y emocionalmente de unos símbolos que son propiedad del Imperio sacro. Nos ofrecen remedios y soluciones a nuestros conflictos, provocados por ellos, con falsos paradigmas espirituales a cambio de aceptar nuestro sometimiento a sus directrices como representantes de lo “divino”.   

El Vaticano, junto con su imperio, ha sido y es uno de los máximos organizadores del crimen y de la mafia. También ha creado la guerra y la militarización de la sociedad. Ha provocado guerras y conflictos por doquier, que son sacrificios humanos… ¡el pastor lleva al matadero a su ganado! Y recoge las ganancias.

Nos han creado un Estado de miseria, escasez, dificultad, engaño y miedo para aprovecharse, unos seres parasitarios, de nuestro dolor.

 Nos han hecho creer en un ser divino venido a la tierra, dicen por amor, y por él nos hemos flagelado. Nos han hecho sentir culpables sin saber por qué; nos han hecho sentir pequeños y despreciables por un pecado original (sin que nadie sepa qué pecado es). Nos han dicho que los últimos serán los primeros en el reino de no sé qué cielo, mientras ellos eran los primeros en hacerse ricos en la tierra sin preocuparse del cielo. Hemos recitado sus mantras, con los que creábamos la realidad que a ellos les interesaba. Les hemos dado dinero para los pobres que ha acabado en su bolsillo de ricos. Les hemos llamado padres y madres a sus secuaces, seres miserables que son cualquier cosa menos paternales o maternales. Hemos hecho ayuno para elevarnos espiritualmente buscando a no sé qué Dios mientras sus representantes lucían una hermosa tripita. Nos han obligado a destripar a nuestros semejantes, mutilar y despellejarlos vivos. También nos han hecho incendiar casas con las familias de nuestros semejantes dentro, mientras ellos se apropiaban de sus tierras y riquezas.

Nos han creado una “matrix” siniestra sin que nos hayamos dado cuenta del perverso juego organizado por ellos.

Roma nos ha engañado vilmente, con premeditación y alevosía, y Cristo no vino al mundo por amor, sino por todo lo contrario.   

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Portugal. Puerto galo

 

La historia de Portugal, como la del resto de los Estados mundiales, es una soberana patraña. Esta sería inventada del mismo modo que la historia de España, por la serpiente sacra, con el fin de someter a la humanidad a un engaño masivo. La serpiente sacra fue, y sigue siendo, la creadora de nuestro mundo “Matrix”. Entendiendo por Matrix (en el sentido de la película), como una simulación de un mundo, diseñada artificialmente. En nuestro mundo real, el Vaticano con el catolicismo y la mentira histórica nos sometería a su poder y deseos y acabaríamos creando un mundo a su medida. Un mundo del que, igual que en la película, nos es imposible salir; a no ser que nos muramos, evidentemente. Nos han creado la postverdad histórica y ya sabemos que una mentira repetida un montón de veces se convierte en verdad.  

A pesar de lo que nos han contado, Portugal no fue separado de España hasta la segunda mitad del siglo XIX. Hasta la creación de nuestra Matrix parece ser que lo que ahora llamamos Portugal nada más era un Condado.  

La costa atlántica ibérica fue muy deseada en los siglos XVII, XVIII y XIX por los imperialistas europeos, ya que desde los puertos portugueses se podía acceder directamente, por barco, a las Indias americanas. Así que desde la invasión de Iberia por los Anjou franceses y de Inglaterra por los Sajones, estas dos familias se pasaron los siglos XVIII y XIX luchando por ser los amos y señores de dicha costa.

Con la creación de Madrid (la matriz o núcleo) en el siglo XVIII,  Felipe d’Anjou se hizo dueño de toda la Península Ibérica y entonces empezarían las luchas, entre la casa imperial alemana (Sajones) ocupa de Inglaterra y la casa imperial francesa (Anjou), por posicionarse en América.

En 1762 tuvo lugar la guerra de los 7 años, según la historia oficial, entre Los Sajones y los Anjou. Tanto Felipe d’Anjou como los sajones de Inglaterra lucharon por ser los amos y señores de la costa Ibérica.

Según la literatura oficial, durante la guerra de los siete años, la flota británica bajo las órdenes del almirante Boscawen atacó en 1758 a la flota francesa en aguas portuguesas frente a Lagos, Algarve. Tres naves francesas fueron capturadas y dos fueron quemadas. La guerra de los Siete Años terminó en 1763 por el tratado de París, que supuso una victoria para Gran Bretaña, y para el Reino de Francia supuso la pérdida de gran parte de sus posesiones en América y Asia. España, propiedad de Felipe d’Anjou, también tuvo que ceder posesiones a Inglaterra.

Para mí que en el siglo XVIII ningún imperialista europeo poseía los territorios americanos; simplemente empezaron a repartirse el mundo entonces.

Al final la casa de Sajonia-Coburgo y Gotha logró hacerse con el reino de Portugal, mediante el enlace real de María de Portugal con Fernando II de Sajonia-Coburgo y Gotha, por eso la historia oficial nos cuenta que Inglaterra siempre fue aliada de Portugal.

En realidad la reina María no era portuguesa sino brasileña, pero a la historia ya le va bien para enlazarla con los sajones.

Los sajones hicieron de Lisboa la capital; siendo ésta la ciudad de Lis (flor de lis) y de Boa (serpiente sacra). El escudo de armas de la casa Anjou (Lis) presenta 3 flores de lis y los Anjou siempre estuvieron aliados con el Papa romano (Boa). No tenéis más que ver la Sala de Audiencias del Vaticano para observar que esta organización se representa a sí misma como una serpiente.

Lisboa, junto con Gibraltar, fue la puerta de salida de Francia, del Vaticano, de la nobleza imperial europea y de los Sajones para la colonización y esclavitud de América y África. En realidad los españoles no conquistaron nada, pero a los oscuros les encanta echar las culpas de las desgracias, que han provocado ellos, a la gente corriente.

Desde Lisboa salió la Armada papal, los jesuitas, a la conquista de América para ofrecérsela a nuestro amo “el Pontífice romano”, el papa de la humanidad, el que nos educa. Él posee el mundo entero. Y usaron el fantasma “Colón” para dar nombre a la colon-ización de América. Fue el punto de partida para la creación del Nuevo Mundo, sucediendo en el siglo XVIII y no antes. Desde Portugal y Gibraltar se extendió la telaraña de la Matrix por todo el planeta.

Así fue como en el siglo XVIII se crearon los reinos europeos, cuyos reyes fueron disputándose colonias a lo largo de los siglos XVIII y XIX.