martes, 17 de octubre de 2023

Sacro Imperio Romano Germánico. El imperio que nos esclaviza

 

Sacrum Romanorum imperium nationis Germanicae, es el nombre oficial del imperio fundado por Oton I, según la historia oficial, en el año 962, que comprendía originariamente los reinos de Germania, Italia y Borgoña y que se disolvió en 1806 por orden de Francisco II de Habsburgo que renunció a la corona imperial. Francisco II renunció a la corona del Imperio romano para pasar a ser el primer emperador de Austria como Francisco I.

Para afirmar el carácter sagrado de la dignidad imperial ante la Sancta Ecclesia, Federico I introdujo el concepto de sacrum imperium (dieta de Besançon 1157), pero este término no fue admitido definitivamente en las actas reales hasta 1254. Finalmente, el calificativo de nationis Germanicae, aparecido en el siglo XV para expresar los derechos nacionales de los alemanes sobre el imperio, se empezó a emplear a partir del siglo XVII.

La idea de un imperio único y universal, con sede en Roma, había sobrevivido en occidente a la desaparición del imperio romano de occidente (476). Restaurar el imperio significaba presentarse como heredero de la tradición romana. Y los Papas se consideraron depositarios de la corona imperial.

La tradición establecía que el título imperial debía pertenecer al señor de Italia. Por lo que Oton I, rey de Germania, tras acudir en ayuda del Papa para poner fin a las violencias de Berengario, se hizo coronar emperador de Roma en el año 962. Convertido en protector de la Iglesia intervino en la administración eclesiástica, para liberarla de la influencia de la aristocracia  romana y resucitó el cesaropapismo.

Las dos nociones de “imperio” y “papado” aparecieron como las dos entidades del Sacro Imperio Romano en su forma ideal (simbolizado por las dos espadas). Pero el imperio, cuya administración fue confiada en gran parte a los obispos invadió la jurisdicción de la Iglesia y durante un siglo los emperadores eligieron a los Papas a su antojo.

El imperio nunca llegó a organizarse como una monarquía centralizada. El emperador era el protector de la cristiandad, el defensor de la paz y el soberano de todos los monarcas de occidente.

Hasta aquí el rollo enrevesado y tergiversado de la historia que cuenta la Gran Enciclopedia Larousse. A partir de aquí intentaré contar la versión más probable de los hechos.

Según Voltaire que vivió en el siglo XVIII, El Sacro Imperio Romano no era de ningún modo sagrado, ni romano, ni un imperio.

Para empezar el Papa no se instaló en Roma hasta el siglo XVII, por lo tanto es totalmente imposible que fuera fundado en el año 962. Así que el imperio empezó a existir como mucho en el siglo XVII. Por lo tanto el Sacro Imperio Romano sí es romano, pero su existencia no es tan larga como pretende la historia.

Por otra parte ni mucho menos es un imperio sagrado, porque nada tiene que ver con el culto a Dios. Dios y Jesucristo nada más han sido utilizados para dominar a la población regentada por el imperio, que es el mundo entero.

El término “Germanico” significa “Hermanado” y eso es precisamente lo que fue ese imperio, un grupo de señores muy ricos, que poseían varios feudos en el centro de Europa y norte de la actual Italia, y que se pusieron en pie de guerra con la intención de apoderarse del mundo entero. Ellos provocaron todas las guerras de los siglos XVII, XVIII, XIX, XX, y sus descendientes siguen provocando las del siglo actual. Son los señores de la guerra.

La enciclopedia dice que “nationis germanicae” se empezó a emplear a partir del siglo XVII y probablemente esa sea una de las pocas verdades que dice la historia. Seguramente el Sacro Imperio se fundó en el siglo XVII.

La otra verdad es que se constituyó con la idea de formar un imperio único y universal que gobernara todo el mundo. Con la ayuda de la religión, los emperadores del imperio sacro romano pensaban esclavizar el orbe entero. Por eso la unión de dos espadas en el escudo imperial, el águila bicéfala, significa la unión del imperio y el papado; también lo indican las dos coronas.

El imperio nunca llegó a organizarse como una monarquía centralizada porque la idea era dominar el mundo entero. El emperador, llamado Kaiser o Cesar, pasó a ser el soberano de todos los monarcas del mundo.

Como ya he dicho, en escritos anteriores, en el siglo0 XVIII hubo un gran reseteo de la población mundial. Es el verdadero reinicio del Nuevo Mundo, que se atribuye a Colón el colonizador; el inicio de la Era Moderna, nuestra era. En el XVIII se destruyó el Antiguo Mundo y se dio paso al nuevo y para ello borraron toda la historia antigua y se inventaron la actualmente contada.

El Sacro Imperio Romano es el verdadero imperio romano que cuenta la historia; nunca jamás hubo antes otro imperio romano y realmente nunca se abolió.

Al principio de la fundación del imperio, éste se hacía llamar Imperio Romano, a secas, y los emperadores y Papas se vestían tal y como nos han enseñado que lo hacían los romanos antiguos.

El máximo mandatario, con poder de emperador, se hacía llamar “Kaiser”, es decir “Cesar”.

Y por cierto, el engaño más grande contado por la historia oficial es que el Sacro Imperio Romano Germánico se abolió en 1806. No os lo creáis, eso jamás ocurrió. Sólo se difuminó.

El Sacro Imperio Romano Germánico es el actual gobierno mundial en la sombra, son los oscuros, las dos grandes serpientes (SS); los que se consideran la élite. Sigue estando constituido por las familias imperiales europeas que se consideraron con el derecho de poseer el mundo por orden y gracia de Dios.

El Sacro Imperio Romano Germánico sigue actuando y jodiéndonos la vida.

martes, 3 de octubre de 2023

Una de Romanos

 

¡He aquí el quid de la cuestión! Las pelis de romanos.

Con la perversa fantasía de las películas nos han adoctrinado sobre la existencia de la Roma antigua y su poder europeo. Con su historia han legitimado al Vaticano para tener poder absoluto sobre todos nosotros. De los paganos romanos pasamos directamente a los santos cristianos.

Es absolutamente imposible saber lo que históricamente pasó antes del siglo XVIII porque toda la historia que nos han enseñado está totalmente fabricada. El objetivo era hacernos creer que los arios romanos actuales gobiernan el mundo desde antes del año I de nuestra era. De esta manera han legitimado el Imperio Sacro actual.

Tiene gracia la cosa, nos dicen que la Edad Media es una época oscura de la que no sabemos casi nada, siendo una etapa cercana a nosotros, y resulta que conocemos con gran detalle la época llamada “antigua Roma” que nos queda muchísimo más lejos según los historiadores; ¡nada menos que 2000 años!.

Pensad un poco, si la historia que ha llegado a nuestros días ha sido escrita en los siglos XIX y XX … ¿Cómo es posible que sepamos lo que sucedió antes del siglo I de nuestra era si no hay documentos escritos de esa época?

Alguno dirá que la arqueología nos lo cuenta, pero eso no es cierto porque los monumentos históricos han sido creados según la leyenda inventada de la civilización…ad oc, es decir hechos a propósito. O si no, ¿por qué creéis que todo monumento antiguo tiene que ser descubierto y restaurado? Pues sencillamente para que cuadre con la historia oficial.

¿No será que todo lo relacionado con los romanos es pura patraña y fantasía?

Lo más seguro es que sean cuentos inculcados en nuestro cerebro por novelistas, historiadores y, ¡cómo no!, la fabulosa imaginación de los guionistas de cine y televisión.

Tras la historia oficial existe una manipulación diseñada y coordinada mundialmente que implica una deliberada falsificación documental a gran escala, con la colaboración de los poderes académicos que participan de esta recreación, y nos la cuelan, en nombre de la ciencia. Como lo dice la autoridad científica oficial, esta verdad inventada no se cuestiona. Y una mentira muchas veces repetida se convierte en una verdad absoluta.

¡Mentiras al servicio del poder!

Eso sí, están tan guapos los antiguos romanos y parecen tan interesantes que nos embelesan.

Roma, la ciudad contra el Amor, no existió antes del siglo XVIII o posiblemente no antes del XIX. Lo más probable es que se le diera nombre al escogerla como capital para la fundación del Estado Italiano. Como en todos los Estados del mundo tuvieron que elegir un lugar centralizado para focalizar todos los asuntos administrativos de Italia.

En 1871 Roma fue nombrada capital del Reino de Italia, terminando así un largo proceso de unificación territorial. Antes de este año Roma era un lugar insignificante y sin importancia. El Coliseo romano y el resto de sus monumentos fueron construidos y preparados en aras de la falsificación histórica.

Curiosamente Roma no tiene una parte medieval, toda su elaboración se ha basado en una época de hace más de 2000 años. ¿Alguien puede creer que en caso de que eso fuera cierto hubieran rastros arquitectónicos de hace tan largo tiempo? Si no hay mapas, ni nada que se le parezca, tan antiguos y en algunos mapas del siglo XVII, que según dicen se han conservado hasta el momento actual, no aparece ninguna ciudad italiana, ni tan sólo una villa, con el nombre de Roma. Esos mapas señalan muchos pueblos diferentes en la península itálica pero ninguno se hace llamar romano.

Dice un tal Tito Livio que Roma fue fundada por Rómulo y Remo, dos mellizos que cuando nacieron fueron arrojados al río Tiber, dentro de una canasta que fue recogida por una loba. Este animal se los llevó a su guarida en el monte Palatino y los amamantó. Y cuando fueron adultos Rómulo fundó Roma, después de matar a su hermano. Dicen que eso fue en el año 753 A.C. Eso sí, ni idea de cómo lo sabía, ni de quien era, el tal Tito Livio.

Con esta patraña de leyenda, ¿cómo puede alguien creer en toda la historia de la Roma antigua?