miércoles, 28 de junio de 2023

El mundo fue esclavizado por las SS

 

En 1714 en Madrid, la Matriz comenzó la subyugación de la Península Ibérica por el francés duque d’Anjou y el ejército papal, puesto a su disposición, la Satanísima Inquisición. De aquí siguieron con el mundo entero.

Por el tratado de Utrecht, el Sacro Imperio Romano Germánico concedió a la saga alemana de los Hannover el permiso de colonizar Inglaterra. Allá fue el duque de Brunswick-Lüneburg, con toda su corte ducal germana, con la intención de poner las Islas Británicas a sus pies.

Sus súbditos alemanes aspiraban a obtener grandes beneficios, todos querían hacerse con gran parte del pastel terrenal y está claro que lo consiguieron.

Por el tratado de Utrecht consiguieron territorios en lo que posteriormente sería el Estado de Canadá, como Saint Kitts, Nueva Escocia, Terranova y los situados en la bahía de Hudson. También obtuvo Gibraltar y Menorca.

Los cortesanos del duque querían a toda costa el pastel del negocio europeo con las Indias americanas, que el duque d’Anjou consideraba suyo. Y lo consiguieron por el tratado. Los acuerdos fueron concretados en el Asiento de Negros, que fue concedido a la South Sea Company  y en virtud del cual podía enviar a América un total de 144.000 esclavos durante treinta años (que en realidad fueron más), y el navío de permiso anual, un barco de 500 toneladas autorizado a transportar bienes y mercancías a la feria de portobello, ciudad ubicada en las costas caribeñas de la actual Panamá, y libre de aranceles y de pagos aduaneros. Este derecho convirtió a los ingleses en los mayores esclavistas negreros del mundo.

En el siglo XVIII hubo una lucha entre Canadá y Gran Bretaña que ganaron los británicos. Como resultado de esta lucha, Canadá pasó a ser propiedad de la Reina británica. Actualmente el rey inglés Carlos III sigue siendo el soberano de Canadá.

En Norteamérica se establecieron (en los siglos XVII y XVIII) grupos de colonos europeos de diferentes lugares, allí habitaban españoles, franceses y británicos. Muchos huidos de las acciones de tortura y extermino de las SS en Europa.

Dicen las fuentes oficiales que en 1763 existían 13 colonias británicas en la vertiente atlántica, con una población total de 1.500.000 habitantes claramente diferenciados. Al norte, Nueva Inglaterra integrada por las colonias de Nueva Hampshire, Massachusetts, Rode Island y Connecticut, en la que pronto surgió una poderosa burguesía.

Las colonias del centro eran Nueva York, Nueva Jersey, Delaware y Pensilvania.

Las colonias del sur Maryland, Virginia, Carolina del Norte y Carolina del Sur y Georgia, basaron su economía en las plantaciones de tabaco, arroz y algodón y su sociedad estuvo dominada por una oligarquía de plantadores esclavistas.

Como no podía ser menos, los Sajones ingleses querían todo el norte y con la guerra de los Siete Años (1756-1763) consiguió el Canadá y la Luisiana oriental y de España la Florida.

Otro país que esclavizó Inglaterra fue la India. En 1857 comenzó una rebelión en la India de cipayos, soldados indios del ejército de la Compañía Británica de las Indias Orientales, cansados éstos de ser esclavos y de forzar la esclavitud de sus compatriotas. Porque una cosa está clara, la base de los ejércitos siempre estaba formada por esclavos del país donde las grandes potencias luchaban. Sólo los altos mandos eran sajones ingleses.

El motín fue reprimido de forma sangrienta por los británicos, que por supuesto ganaron y se hicieron con el imperio de la India. Y en 1857 la reina Victoria de Inglaterra se concedió el título de Emperatriz de la India.

Otro país asiático que poseyeron los sajones británicos, desde 1839, fue Afganistán, así que ya podéis suponer cómo nos han engañado con todo el asunto de la organización criminal de este país.

El imperio británico sajón se formó por los dominios, colonias, protectorados, mandatos y otros territorios gobernados o administrados por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y ha sido el imperio de mayor extensión hasta la fecha.

La reina sajona Victoria poseía en las primeras décadas del siglo XX una población de 458 millones de personas y unos 35.000.000 kilómetros cuadrados de territorio, lo que significaba aproximadamente una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de las tierras.

En América, aparte de las colonias que pasaron a formar los 13 estados americanos, esclavizaron Jamaica y Barbados, dos islas caribeñas. Estas dos posesiones les enriquecían con azúcar.

En Oceanía tomaron como posesión Australia y Nueva Zelanda, países de los que actualmente sigue siendo soberano el rey inglés. La colonia australiana se convirtió en exportadora de lana y oro.

La esclavitud fue abolida en las colonias británicas en 1834. Esta ley ponía fin al comercio de esclavos en el Reino Unido y sus colonias pero no a la esclavitud en sí. Hecha la ley hecha la trampa.

En Asia además de la India y Afganistán se unieron Ceilán (actual Sry Lanka) y Birmania a la lista de territorios que se extendían por el este hasta Malasia. En 1841 se añadió Hong Kong tras la primera guerra del opio en defensa de las exportaciones de opio de la Compañía desde India a la China.

La política e ideología de la expansión colonial europea entre 1870 y el comienzo de la Primera Guerra Mundial se denominan como el Nuevo Imperialismo. Este periodo se caracteriza por una competencia agresiva entre las potencias para conseguir territorios de ultramar y la aparición en los países conquistadores de doctrinas que justificaban la superioridad racial y que negaban la aptitud de los pueblos subyugados para gobernarse por sí mismos.

Posesiones inglesas en África: Los territorios actuales de Namibia, Ascensión, Botsuana, Lesolo, Ghana, Nigeria, Gambia, Mauricio, Kenia, Malaui, Sierra Leona, Zambia, Zimbaue, Swazilandia, Seychelles, Tanzania, Uganda, Sudáfrica, Sudán y parte de Camerún, Egipto y Somalia.

Actualmente Carlos III de Inglaterra es rey, en América, de Canadá, Jamaica, Antigua y Barbuda, San Cristóbal Y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Bahamas, Belice y Granada. En Oceanía, Australia, Nueva Zelanda, Papua Nueva Guinea, Islas Salomon y Tavalu. Y en la Antártida posee 1.709.400 kilómetros cuadrados de tierra.

En África parece ser que todos los países se han independizado, pero la serpiente no deja nunca libre del todo a sus presas.

Y así, la Serpiente Sajona nos inyectó su veneno y esparció su semilla del mal por el mundo entero.

martes, 20 de junio de 2023

Londres ciudad de Lores

 

Si la historia de España es toda ella una gran laguna, demostración flagrante de que es una grandísima mentira, la de Inglaterra es para partirse de risa.

Inglaterra fue creada por los que se han autodenominado los Señores (lores) de la tierra. Los mayores esclavistas del mundo, junto a la serpiente sacra. Estos que se consideraban los dueños de la tierra por designio divino fueron los Sajones, poseedores y creadores del Reino Unido y sus colonias. El rey inglés posee el cuerpo y las almas de sus súbditos y, por supuesto, todos los bienes terrenales de sus gentes. El actual rey Carlos III es el poder terrenal y espiritual de los estados que posee.

Los sajones son los hombres más viles del mundo (junto con los sacros) que actúan con mentiras, trampas y engaños, atacando a traición. Pretenden hacernos creer que son hombres valerosos, con sus cuentos y mitos, pero en realidad son grandes cobardes que con sus sucios juegos dominaron el mundo.

En 1714, por el tratado de Utrecht, tal y como sucedió en España, Gran Bretaña sería colonizada por orden del satánico Sacro Imperio Romano Germánico. Allí fue una saga alemana, los Hannover, a poseer las tierras que le habían concedido, siendo su máximo dueño el duque de Brunswick-Lüneburg, al que coronarían como el rey Jorge l.

Nada de la historia de Inglaterra anterior a 1714 se puede creer…es pura fantasía. Ningún Enrique VIII, ni Ana Bolena ni Catalina hija de los Reyes Católicos, ni demás historias. Todo eso es para hacernos caer en el más puro y vil engaño.

Dice la historia oficial que anteriormente al duque de Brunswick gobernó una reina, Ana de Gran Bretaña e Irlanda… ¡Ya estamos! Igual que en España. En un tiempo de máximo machismo mundial nos han hecho creer que una mujer dio paso a la transición al Nuevo Mundo.

Para más recochineo dice la oficialidad que Ana tuvo 19 hijos. ¿!9 y ninguno pudo llegar a adulto para ser rey? ¿De verdad alguien puede creerse esta satánica patraña?

Eso sí, la vida de Ana, según nos han contado, es digna de Juego de Tronos, Es impresionante como el cine nos condiciona a creer mentiras como verdades absolutas.

No hay ningún documento original que cuente la vida de los reyes del mundo, de ninguna parte. Una causa es que anteriormente al siglo XVIII la tierra estaba gobernada por condados que tuvieron que desaparecer sin dejar rastro, para dar lugar al Nuevo Mundo. La otra, es que la Satanísima Inquisición quemó la antigua biblioteca de Alejandría y cerró bajo 7 llaves los documentos antiguos en los sótanos del Vaticano. Por otra parte, las familias que se apoderaron del mundo en el siglo XVIII se hicieron con todos los documentos habidos y por haber; se quedaron con los que les interesaron y el resto los quemaron. En el siglo XVIII y XIX las hogueras no paraban de arder.

El duque de Brunswick-Lüneburg fue el destinado a colonizar Inglaterra por designio del Sacro Imperio Románico Germánico.

Georg Ludwing von Hannover nació en la ciudad de Hannover, ducado de Brunswick-Lünebourg, que formaba parte del Sacro Imperio Romano Germánico.

En enero de 1698 falleció su padre y Jorge heredó el ducado de Hannover y el cargo de príncipe elector del Sacro Imperio Romano Germánico.

Por las guerras europeas del siglo XVII se tenía que establecer quien colonizaría Inglaterra y la Península Ibérica. El rey francés quería hacerse dueño de la península Ibérica pero manteniendo sus territorios franceses. El Sacro Imperio, las Provincias Unidas de los Países Bajos, Hannover y muchos otros estados alemanes se opusieron al rey francés puesto que temían que éste se volviera demasiado poderoso. Y además, todos querían su parte del pastel.

Como ya sabemos el resultado de estas guerras fue el tratado de Utrecht. A Felipe d’Anjou se le permitió poseer la Península Ibérica y al duque de Hannover se le concedieron las Islas Británicas.

Le sucedió su hijo George Augustus como Jorge II. George nació en Hannover, o séase que este rey seguía siendo alemán.  Seguía siendo duque de Brunswick-Lüneburg y uno de los príncipes electores del Sacro I.R.G. hasta su fallecimiento.

Le sucedió Jorge III, que a partir del 1801 pasó a ser rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. Simultáneamente ostentó los títulos de duque de Brunswick-Lüneburg, elector de Hannover, duque de Bremen y príncipe de Verden. A este rey le sucedió en 1820, tras su muerte, Jorge IV. Dicen que no tuvo hijos legítimos y le sucedió en el trono, en 1830, su hermano Guillermo IV. Éste fue rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y rey de Hannover; tampoco tuvo hijos legítimos y pasó el reinado a su sobrina Victoria en 1837.

Victoria fue reina del Reino Unido, desde 1837 hasta fallecimiento en 1901. También fue emperatriz de la India desde 1877 hasta su deceso.

Y aquí empieza la saga de la serpiente sajona. Era hija del príncipe Eduardo, duque de Kent y Strathearn, cuarto hijo del rey Jorge III y de la princesa Victoria de Sajonia-Coburgo-Saalfeld de nacionalidad alemana.

Para rematar el círculo se casó con su primo sajón, el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha en 1840. Tuvo nueve hijos y 26 de sus 42 nietos se casaron con otros miembros de la realeza o de la nobleza europea, uniendo a éstas entre sí, lo que le valió el apodo de “Abuela de Europa”.

Y así la Serpiente Sajona comenzó el dominio del mundo entero.

sábado, 10 de junio de 2023

Atrapados en la telaraña de la Matrix

 

Nadie puede decir, ni de manera aproximada, los hechos que se desarrollaron, ni cómo se desarrollaron, durante la Edad Media. Verdad es que hay un gran agujero negro en la Cronología histórica de ese periodo. Los religiosos se han encargado durante mucho tiempo en liarla, muy bien liada, con sus mentiras y engaños a base de mitos y leyendas. Ellos que nos dieron un mandamiento a nosotros diciéndonos “No levantarás falsos testimonios, ni mentirás”, son los diablos más mentirosos del mundo. Como resultado, es totalmente imposible saber qué ocurrió antes del siglo XVII.

Anteriormente al XVII hay una gran brecha histórica; a partir del siglo XVIII la historia está más clara. El siglo XVIII dio comienzo a la fabricación de la matriz de nuestra era, la Edad Moderna.

Todo empezó con el Vaticano, ligado al satánico Sacro Imperio Romano Germánico, que como dijo Voltaire, en 1700, no era ni sacro, ni imperio, ni romano. Sólo eran cuatro gatos centroeuropeos con mucha ambición y un gran deseo de poder. Se consideraban los amos del mundo y sus descendientes lo siguen considerando.

De aquellos polvos, vienen estos lodos.

“Basta repasar las primeras páginas de la Biblia para encontrarse con el hecho de que la desgracia del género humano comenzó con la mentira. Cuando la serpiente original logró que Eva creyera sus embustes, la primera pareja entró por el camino del desastre. La mentira de la serpiente estaba cargada de astucia en su pasmosa sencillez”, dice Cesar Vidal en su libro, Mentiras de la Historia…de uso común. Y es que los humanos somos muy tontos, ingenuos y crédulos.

¿Quién pensáis que fue la serpiente de la Biblia? Pues sencillamente el Papa romano que nos obligó a conocer la “Ciencia del Bien y del Mal”, según sus intereses. El Papa y sus acólitos nos forzaron a cumplir un decálogo que ellos no siguieron. Ellos adoraban al becerro de oro.

En 1714 el francés Felipe d’Anjou invadió la península ibérica, instalándose en la villa Matriz, con el consentimiento del Sacro Imperio Romano Germánico; su misión era la de poner a todos los habitantes de la península a los pies del Vaticano. Para convertir a toda su gente el Papa envió a su ejército, “la Satanísima Inquisición”.

La Inquisición empezó a tejer la telaraña en Iberia mediante la religión católica romana. Desde la Matriz la extendió por todo lo que posteriormente sería España y Portugal y desde aquí la expandiría por América. La Compañía de Jesús, creadores de la Satanísima Inquisición, seguiría su trabajo en Asia y África pero en Asia, viendo sus verdaderas intenciones, le dieron con la puerta en las narices en el siglo XIX. En África ha seguido implantando el mal hasta nuestros dias. La Matrix se completó, fuera del mundo hispánico, con la serpiente sajona que invadió gran parte del mundo. Los Sacros y los Sajones, las SS, fueron la parte más importante del Sacro Imperio Romano Germánico.

Dicen que una nueva civilización se construye sobre los cimientos de otra. Para construir un nuevo orden tenían que destruir y borrar la memoria del antiguo. Y lo hicieron con la religión. El Cristianismo, en todas sus versiones, sometió a nuestros antepasados.

La palabra religión viene del latín “religare”, lazo, que quiere decir volver a ligar, unir y enlazar. Es unir a los que antes estaban separados con el fin de formar una comunidad. La misma comunidad reposa sobre creencias y rituales que refieren y expresan maneras comunes de vivir, prácticas que unen a la gente.

Para un nuevo orden, necesitaban una nueva creencia religiosa que uniera grupos de gente con pensamientos diferentes. Fue entonces cuando empezó la globalización mundial, comandada por las SS.

En Iberia, en el siglo XVIII, convivían pacíficamente grupos de etnias diferentes, cada uno con sus creencias religiosas. Habitaban semitas que provenían del  sur de Europa o del norte de África y otros grupos que eran de origen eslavo. Mayoritariamente la gente era hebrea (poco que ver con los judíos actuales) que creían en Dios y no en Jesucristo y también había grupos que practicaban un cristianismo primitivo, como el Arrianismo o el Nestorianismo.

Todos los que no aceptaron el Cristianismo católico, con el Papa como cabeza de Cristo, fueron considerados ateos y tenían que ser eliminados del mapa.

Se creó España como un reino con una única confesión, la Católica Romana y posteriormente se creó el reino de Portugal también católico romano.

De Iberia partió el almirante Cristóbal Colón por orden del Vaticano y acompañado de jesuitas con la misión de colonizar América y de evangelizar a su gente según  el catolicismo romano.

Colón no descubrió nada, porque no había nada que descubrir. En aquel tiempo se conocía perfectamente, sin lugar a dudas, la existencia de América; hay pruebas de que había intercambio comercial entre Iberia y el continente americano. Incluso hay quien dice que antes de la colonización había hebreos en América.

Lo que sí está claro es que Colon es igual a “colon-ización”. Es decir, que la partida de Colón fue el pistoletazo de salida de la dominación y esclavización del mundo entero.

Por el dolor, tiranía, vejación, sumisión, opresión,  y el exterminio, nos hermanaron a españoles y americanos.

Y así, como os digo, empezó a construirse la telaraña de la globalización mundial.