lunes, 19 de diciembre de 2011

La prepotencia de los macacos

Son todos unos prepotentes: se piensan que las leyes y las normas están para su conveniencia, pero que no van con ellos. Creen que están para castigar y machacar a los humildes ciudadanos y a cualquiera, aunque no sea tan humilde, que no esté a su lado y no les halague continuamente. En una palabra, están por encima del bien y del mal: al fin y al cabo, ellos son la Justicia.

Ya sabéis que a mí me intentan castigar con un expediente. La finalidad de ese expediente, es echarme unos cinco años a la calle, o más, si pudieran. Eso es lo que pretende conseguir el Jefe, que es el que instó a los macacos para que me abrieran el expediente.

Desde este verano, que comenzó el asunto, parecía que todo iba muy rápido. Daba la impresión de que corría mucho, como si quisieran darme el castigo antes de acabar el año. Creo que el Jefe está convencido de que en unos meses yo estaré en la calle y que lo va diciendo a todos los que se pasan todo el día dándole coba.

Pero la realidad es muy distinta: debido a su prisa y prepotencia, cometen fallos mayúsculos y, con un buen abogado, de esos no se salvan. Sólo hay que tener paciencia y esperar: al final caen.

Cree el Jefe que las normas de seguridad del laboratorio, que él mismo ha puesto, son para que las cumplan los demás y que no van con él, sus familiares o amigos. Ha llegado a dejar, varias veces, a un chico pequeño pasarse toda una mañana jugando en un ordenador de trabajo del laboratorio: por ser el hijo de una trabajadora que sabe darle bien de coba. Pero esto realmente son menudencias, sin importancia.

Lo que sí es realmente grave es que en su afán por estudiar hasta el mínimo detalle para encontrarme el más mínimo error, se han saltado la ley de protección de datos del paciente. Han sacado del hospital datos con nombres de pacientes y el correspondiente resultado del análisis para adjuntarlo al expediente. Es lo que necesitaba yo: un fallo de los macacos realmente grave. Y encima no les ha servido de nada, pues yo siempre he hecho todo correctamente y no he cometido ningún fallo.

Total, que las prisas que tenían parece que han disminuido y el expediente parece paralizado. Espero que eternamente.

Si alguien que lea esto está en la misma situación, que tenga muy claro que el objetivo de un expediente no es encontrar la verdad sino estudiarlo todo al mínimo detalle para encontrar el mínimo fallo con el que poder castigarle. Su única salvación son los fallos o defectos de forma del contrario.

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