Aunque el inútil del
macaco Mazazo intentó pasar sin pena ni gloria para no meterse en líos, también
fue defenestrado y enviado a un lugar recóndito que yo desconozco. Eso sí, con
su sueldo de lujo de macaco Gerente.
Con el cese de Mazazo,
llegó al hospital el macaco Gerente Sin-salida.
El macaco Sin-salida
coincidió con el macaco Molino y le apoyó totalmente en su acoso continuo.
Vino con la idea de
mantenerme controlada, de no dejarme ni respirar, y de que pasara el tiempo sin
problemas para él.
Pero no lo consiguió,
porque fue la etapa de acoso más activa, agresiva y miserable para mí: la etapa
del maquiavélico y diabólico macaco Molino.
Es al único macaco
Gerente que le he visto la cara. Se dignó varias veces a llamarme al orden en
su despacho.
Lo malo es que siempre
estaba rebotado y cabreado conmigo y las veces que me llamó fueron para
dispararme amenazas.
Y sus amenazas acabaron
por cumplirse: me abrió un expediente disciplinario.
Pero cambió el color
político y el macaco Sin-salida se fue y vino el siguiente macaco, aún más
maquiavélico y diabólico, si cabe, que los anteriores: el macaco gerente
Elangelito.
Este macaco, Elangelito,
no tiene nada de ángel, sino que más bien es un ángel caído, de esos a los que
Dios les dio una patada en el trasero y los envió directos al infierno.
Dice una vecina mía,
cuando le explico todas las maldades que me hacen en el trabajo: ¡esa gente es
satánica!
Y bien pensado, creo que
tiene razón, son todos satánicos. Pero si hay un personaje que es satánico,
entre todos los satánicos, ese es el macaco Elangelito.
Nunca le he visto, ni he
hablado nunca con este diabólico macaco, pero él se ha empeñado con todas sus
fuerzas, desde que llegó, en ponerme de patitas en la calle.
Ha pedido varias veces, a
los servicios jurídicos de los macacos, que soliciten al juzgado la anulación de
la orden judicial que me permite trabajar hasta que salga la resolución final
de mi expediente disciplinario.
Y como los de los servicios
jurídicos no están por la labor, y él está cansado de esperar la resolución
definitiva, ha puesto manos a la obra, y ha decidido abrirme un segundo
expediente. A ver si así va todo más rápido.
¡Será satánico este
macaco gerente, Elangelito!
Te deseo todo lo mejor y mucho animo Artemisa. Sigue adelante. Eres una luchadora.
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