La historia de
Portugal, como la del resto de los Estados mundiales, es una soberana patraña.
Esta sería inventada del mismo modo que la historia de España, por la serpiente
sacra, con el fin de someter a la humanidad a un engaño masivo. La serpiente
sacra fue, y sigue siendo, la creadora de nuestro mundo “Matrix”. Entendiendo
por Matrix (en el sentido de la película), como una simulación de un mundo,
diseñada artificialmente. En nuestro mundo real, el Vaticano con el catolicismo
y la mentira histórica nos sometería a su poder y deseos y acabaríamos creando
un mundo a su medida. Un mundo del que, igual que en la película, nos es
imposible salir; a no ser que nos muramos, evidentemente. Nos han creado la
postverdad histórica y ya sabemos que una mentira repetida un montón de veces
se convierte en verdad.
A pesar de lo que nos
han contado, Portugal no fue separado de España hasta la segunda mitad del
siglo XIX. Hasta la creación de nuestra Matrix parece ser que lo que ahora
llamamos Portugal nada más era un Condado.
La costa atlántica
ibérica fue muy deseada en los siglos XVII, XVIII y XIX por los imperialistas
europeos, ya que desde los puertos portugueses se podía acceder directamente,
por barco, a las Indias americanas. Así que desde la invasión de Iberia por los
Anjou franceses y de Inglaterra por los Sajones, estas dos familias se pasaron
los siglos XVIII y XIX luchando por ser los amos y señores de dicha costa.
Con la creación de
Madrid (la matriz o núcleo) en el siglo XVIII, Felipe d’Anjou se hizo dueño de toda la
Península Ibérica y entonces empezarían las luchas, entre la casa imperial
alemana (Sajones) ocupa de Inglaterra y la casa imperial francesa (Anjou), por
posicionarse en América.
En 1762 tuvo lugar la
guerra de los 7 años, según la historia oficial, entre Los Sajones y los Anjou.
Tanto Felipe d’Anjou como los sajones de Inglaterra lucharon por ser los amos y
señores de la costa Ibérica.
Según la literatura
oficial, durante la guerra de los siete años, la flota británica bajo las
órdenes del almirante Boscawen atacó en 1758 a la flota francesa en aguas
portuguesas frente a Lagos, Algarve. Tres naves francesas fueron capturadas y
dos fueron quemadas. La guerra de los Siete Años terminó en 1763 por el tratado
de París, que supuso una victoria para Gran Bretaña, y para el Reino de Francia
supuso la pérdida de gran parte de sus posesiones en América y Asia. España,
propiedad de Felipe d’Anjou, también tuvo que ceder posesiones a Inglaterra.
Para mí que en el
siglo XVIII ningún imperialista europeo poseía los territorios americanos;
simplemente empezaron a repartirse el mundo entonces.
Al final la casa de
Sajonia-Coburgo y Gotha logró hacerse con el reino de Portugal, mediante el
enlace real de María de Portugal con Fernando II de Sajonia-Coburgo y Gotha,
por eso la historia oficial nos cuenta que Inglaterra siempre fue aliada de
Portugal.
En realidad la reina María
no era portuguesa sino brasileña, pero a la historia ya le va bien para
enlazarla con los sajones.
Los sajones hicieron
de Lisboa la capital; siendo ésta la ciudad de Lis (flor de lis) y de Boa
(serpiente sacra). El escudo de armas de la casa Anjou (Lis) presenta 3 flores
de lis y los Anjou siempre estuvieron aliados con el Papa romano (Boa). No
tenéis más que ver la Sala de Audiencias del Vaticano para observar que esta
organización se representa a sí misma como una serpiente.
Lisboa, junto con
Gibraltar, fue la puerta de salida de Francia, del Vaticano, de la nobleza
imperial europea y de los Sajones para la colonización y esclavitud de América
y África. En realidad los españoles no conquistaron nada, pero a los oscuros
les encanta echar las culpas de las desgracias, que han provocado ellos, a la gente
corriente.
Desde Lisboa salió la
Armada papal, los jesuitas, a la conquista de América para ofrecérsela a
nuestro amo “el Pontífice romano”, el papa de la humanidad, el que nos educa. Él
posee el mundo entero. Y usaron el fantasma “Colón” para dar nombre a la
colon-ización de América. Fue el punto de partida para la creación del Nuevo
Mundo, sucediendo en el siglo XVIII y no antes. Desde Portugal y Gibraltar se
extendió la telaraña de la Matrix por todo el planeta.
Así fue como en el
siglo XVIII se crearon los reinos europeos, cuyos reyes fueron disputándose
colonias a lo largo de los siglos XVIII y XIX.
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