miércoles, 13 de septiembre de 2023

Portugal. Puerto galo

 

La historia de Portugal, como la del resto de los Estados mundiales, es una soberana patraña. Esta sería inventada del mismo modo que la historia de España, por la serpiente sacra, con el fin de someter a la humanidad a un engaño masivo. La serpiente sacra fue, y sigue siendo, la creadora de nuestro mundo “Matrix”. Entendiendo por Matrix (en el sentido de la película), como una simulación de un mundo, diseñada artificialmente. En nuestro mundo real, el Vaticano con el catolicismo y la mentira histórica nos sometería a su poder y deseos y acabaríamos creando un mundo a su medida. Un mundo del que, igual que en la película, nos es imposible salir; a no ser que nos muramos, evidentemente. Nos han creado la postverdad histórica y ya sabemos que una mentira repetida un montón de veces se convierte en verdad.  

A pesar de lo que nos han contado, Portugal no fue separado de España hasta la segunda mitad del siglo XIX. Hasta la creación de nuestra Matrix parece ser que lo que ahora llamamos Portugal nada más era un Condado.  

La costa atlántica ibérica fue muy deseada en los siglos XVII, XVIII y XIX por los imperialistas europeos, ya que desde los puertos portugueses se podía acceder directamente, por barco, a las Indias americanas. Así que desde la invasión de Iberia por los Anjou franceses y de Inglaterra por los Sajones, estas dos familias se pasaron los siglos XVIII y XIX luchando por ser los amos y señores de dicha costa.

Con la creación de Madrid (la matriz o núcleo) en el siglo XVIII,  Felipe d’Anjou se hizo dueño de toda la Península Ibérica y entonces empezarían las luchas, entre la casa imperial alemana (Sajones) ocupa de Inglaterra y la casa imperial francesa (Anjou), por posicionarse en América.

En 1762 tuvo lugar la guerra de los 7 años, según la historia oficial, entre Los Sajones y los Anjou. Tanto Felipe d’Anjou como los sajones de Inglaterra lucharon por ser los amos y señores de la costa Ibérica.

Según la literatura oficial, durante la guerra de los siete años, la flota británica bajo las órdenes del almirante Boscawen atacó en 1758 a la flota francesa en aguas portuguesas frente a Lagos, Algarve. Tres naves francesas fueron capturadas y dos fueron quemadas. La guerra de los Siete Años terminó en 1763 por el tratado de París, que supuso una victoria para Gran Bretaña, y para el Reino de Francia supuso la pérdida de gran parte de sus posesiones en América y Asia. España, propiedad de Felipe d’Anjou, también tuvo que ceder posesiones a Inglaterra.

Para mí que en el siglo XVIII ningún imperialista europeo poseía los territorios americanos; simplemente empezaron a repartirse el mundo entonces.

Al final la casa de Sajonia-Coburgo y Gotha logró hacerse con el reino de Portugal, mediante el enlace real de María de Portugal con Fernando II de Sajonia-Coburgo y Gotha, por eso la historia oficial nos cuenta que Inglaterra siempre fue aliada de Portugal.

En realidad la reina María no era portuguesa sino brasileña, pero a la historia ya le va bien para enlazarla con los sajones.

Los sajones hicieron de Lisboa la capital; siendo ésta la ciudad de Lis (flor de lis) y de Boa (serpiente sacra). El escudo de armas de la casa Anjou (Lis) presenta 3 flores de lis y los Anjou siempre estuvieron aliados con el Papa romano (Boa). No tenéis más que ver la Sala de Audiencias del Vaticano para observar que esta organización se representa a sí misma como una serpiente.

Lisboa, junto con Gibraltar, fue la puerta de salida de Francia, del Vaticano, de la nobleza imperial europea y de los Sajones para la colonización y esclavitud de América y África. En realidad los españoles no conquistaron nada, pero a los oscuros les encanta echar las culpas de las desgracias, que han provocado ellos, a la gente corriente.

Desde Lisboa salió la Armada papal, los jesuitas, a la conquista de América para ofrecérsela a nuestro amo “el Pontífice romano”, el papa de la humanidad, el que nos educa. Él posee el mundo entero. Y usaron el fantasma “Colón” para dar nombre a la colon-ización de América. Fue el punto de partida para la creación del Nuevo Mundo, sucediendo en el siglo XVIII y no antes. Desde Portugal y Gibraltar se extendió la telaraña de la Matrix por todo el planeta.

Así fue como en el siglo XVIII se crearon los reinos europeos, cuyos reyes fueron disputándose colonias a lo largo de los siglos XVIII y XIX.

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