lunes, 10 de marzo de 2014

Actriz principal. La Sargento de Hierro.

Es tan importante como el actor principal. De hecho, es la que en muchas ocasiones da la cara por su querido Capitán, a diferencia de éste, que suele dar puñaladas traperas. Llevan tanto tiempo juntos que piensan igual, y la Sargento es el eco del Capitán. Se complementan muy bien.

Es un personaje con mucha testosterona en el cuerpo, la cual le da mucha marcha y seguridad en el mundo machista en el que nos movemos.

Es una acosadora nata, lo hace por propia voluntad, por prepotencia, por la sensación de poder que le da, por satisfacción personal y por diversión. Sí, sí, ¡la diversión es lo más importante de todo!

Porque, ¡qué divertido es pasar justo por mi lado y dejar caer un “tonta”, “estúpida”!, con un tono de voz bajito, de manera que sólo lo pueda oír yo. ¡Cómo te llena eso de satisfacción!

O, ¡qué bien te lo pasabas cuando yo estaba trabajando y te juntabas justo detrás mío, con mis no-compañeros, a hablar y a reírte a carcajadas! ¿Qué querías, que viera lo feliz que eras? Pues bien, puedes estar satisfecha, sí que lo veía.

O, cuando me acusaste de agredirte, al macaco Gerente, y éste me envió a casa una carta amenazante, por portarme mal. ¡Ésa sí que fue buena!, porque fuiste tú la que me agrediste a mí. ¿Te acuerdas?

O, ¡qué puede ser más divertido que montar reuniones maquiavélicas de trabajo a las que tengo prohibida la asistencia! Lógico que no me dejéis asistir, porque no hay mejor manera de ponerme verde, y coordinar vuestras mentiras contra mí, que una reunión de trabajo. ¡Qué buena diversión es esa! Mejor que ver una película, ya que así la película la montáis vosotros.

Pero, lo que ya fue el sumun de la diversión, fue el día que el macaco Director montó la orgía acusadora y acosadora. ¿Te acuerdas de aquella reunión-orgía? ¿Te acuerdas cuántas veces repetiste que yo llegaba tarde y que había días que no llegaba? ¿Recuerdas que dijiste que 25 veces dirías, en cualquier lugar del mundo, que yo llegaba tarde?
¡Ja, ja, ja! ¡Eso sí que fue una buena diversión! Sobre todo considerando que eras tú y no yo la que llegaba tarde. ¿Te acuerdas que, por entonces, llegabas a las 9h, es decir, una hora tarde y que el Capitán aún llegaba más tarde que tú? ¿Y te acuerdas que el Capitán y tú no parabais, y seguís sin parar, de cogeros días de fiesta sin justificar?
¡Qué felicidad la vuestra, la de aquel día! Conseguisteis que el macaco Director me obligara a fichar a partir de entonces. He sido el único facultativo, en toda la historia del hospital, que ha sido obligado a firmar. ¡Podéis sentiros orgullosos de vuestro logro!

¿Te acuerdas del macaco Molino y lo amiga que te hiciste de él? Fue una pena que tuviera que marcharse del hospital, ¿verdad? ¡Cuánto poder te daba, cuando el Capitán faltaba al trabajo! Entonces sí que te sentías la Jefa del Laboratorio.

Y… ¿Te acuerdas cómo recurrías al macaco Molino, cuando faltaba el Capitán, para que me obligara a hacer un trabajo que no me correspondía y que yo no podía hacer porque ya estaba ahogada de trabajo? ¡Entonces sí que te sentías poderosa! ¡Qué tiempos aquellos! ¡Qué orgullo y qué felicidad!

Y… ¿Te acuerdas del día que le pudiste soltar a la Instructora de mi expediente toda la sarta de mentiras que habíais estado preparando durante tiempo entre todos? Ese día vomitaste todo el veneno que llevabas dentro. Total, sabías que la Instructora no había venido a buscar la verdad, sino a buscar cosas de las que poderme acusar.
¡Qué descansada te quedaste!
¡Qué importante, orgullosa y satisfecha te sentiste ese día!

¡Qué tiempos aquellos tan felices para ti y tan miserables para mí! ¡Qué lástima que no puedan volver!, ¿verdad?

Pues nada, aquí te dejo unos buenos y divertidos recuerdos, para que te sigas divirtiendo mientras puedas.

Pero recuerda que la última carcajada aún no está echada.

Y, el que ríe el último, ríe mejor.

2 comentarios:

  1. Admiro tu gran fortaleza, porque hay que tener mucha para aguantar esa clase de desprecios... Pero piensa una cosa, tú eres más fuerte que ellos, ya que está claro que esta clase de individuos que basan su satisfacción en intentar hacerle la vida imposible a otras personas, son completamente infelices y extremadamente débiles. Mucho ánimo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchísimas gracias!
      Se que soy fuerte porque he aguantrado diez años, pero te aseguro que se pasa muy mal.
      La salud se resiente mucho, aunque gracias a Dios me estoy recuperando.
      Si he aguantado es porque creo en el dicho: "A todo cerdo le llega su San Martín" y estoy convencida que San Martín está a la vuelta de la esquina.
      Seguiré contando, que de momento esto no es nada.

      Eliminar