jueves, 19 de junio de 2014

La difamación

La difamación es la segunda arma preferida del Capitán, y es su mejor arma de destrucción. Es un arma destructiva muy potente, potentísima. 

Y lo más importante de la difamación es poder diseminarla; cuanto más, mejor.
Y para eso tiene la ayudante perfecta: la alcahueta de la Cabo.
La mente de esta alcahueta está anclada en la Edad Media y no ha evolucionado a lo largo de los siglos. La mente de la alcahueta de la Cabo funciona igual que la de las alcahuetas de esa época. Su misión es ensalzar al Capitán y difamarme a mí.

La Cabo es lo más importante que tiene el ejército de hierro, pues tiene muchas amigas, enfermeras, supervisoras y, la más importante de todas ellas: la Jefa de las Enfermeras.

Otro especialista en difamación, buen amigo del Capitán y muy importante para él, con el que cuenta es el Sindicalisto.
De hecho, con la Cabo y el Sindicalisto, el Capitán tiene cubierto todo el hospital, los alrededores y el Cuartel Principal.
¡No necesita más!

Sé que la Cabo va diciendo por ahí que lo que ha faltado para solucionar el problema que yo causo al laboratorio, es un buen macaco con mano dura.
¡Será cara dura!

Lo primero que, de verdad, se necesita para arreglar los problemas del laboratorio es un macaco bueno que la quite a ella de en medio. Entonces es cuando se podrá empezar a arreglar algo.

Pero claro, eso no es a lo que ella se refiere, sino que lo que ella quiere es una tiranía macaquil que me obligue a doblegarme ante los caprichos del Capitán.

Porque lo que más le gusta, decir y repetir a sus amigas, y a todo aquél que quiera escucharla, es que a mí no me da la gana de trabajar y que soy totalmente improductiva. En diseminar esto son incansables el trío: Capitán, Sargento y Cabo.

Claro que la Cabo sabe perfectamente que el trabajo me lo ha quitado el Capitán, pero eso se lo calla, la muy miserable.

Y lo que quiere es un macaco tirano y con narices para echarme a la fuerza.

¡Qué miserable que llega a ser!

Sé que la primera difamación que usaron contra mí fue que llegaba muy tarde a trabajar y que había días que no llegaba y después añadieron que no quiero trabajar. Esto no me es desconocido porque está escrito en mi expediente.

Pero de lo que no tenía constancia, es que también van diciendo que estoy loca y soy peligrosa.
¡Ya veis! Con el tiempo de todo se entera una.

Hace poco, un compañero que está sufriendo mucho estrés en el laboratorio me gritó con mucha rabia y bajo los efectos de una intensa tensión:

¡LOCA! ¡QUÉ LOCA ESTÁS! ¡ESTÁS LOCA DE ATAR!

Todo eso a grito pelado, en mi puesto de trabajo, y en presencia de la técnico que trabaja conmigo.

Pero con el vozarrón que tiene y los gritos que daba, seguro que todos los que trabajaban en el laboratorio en ese momento se pudieron enterar.

¡Y mira por donde, yo también!

¡Qué ruines y cuánta miseria hay en ese laboratorio!

3 comentarios:

  1. Mucha miseria si, es un nido de cuervos. Y donde te dejas las famosas reuniones de la cabo con los tecnicos, que son un paripé desde el principio hasta el final. Yo no creo que tu estes loca para nada, los que estan muy mal de la cabeza son todos los citados en este blog, y los demas, simples lameculos.

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  2. Gracias por tu aportación.
    Me imagino cómo deben ser las reuniones de la Cabo, un rollo de los gordos.
    Pero que quieres que haga la pobre. Una mujer tan ruin y miserable sólo puede dedicarse a hacer tejemanejes para favorer a las lameculos.
    Pero piensa que es un lugar de trabajo donde el 95% son lameculos y el 5% restante tiene miedo a expresar su opinión y tan siquiera a hablar.
    Con este panorama la Cabo campa a sus anchas. Tiene vía libre para hacer las cosas como le de la gana.
    Tendríais que ser más valientes y discutirle lo que no está bien.

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  3. Difamar es lo mejor que se les da a esta gentuza, porque lo que es trabajar...vaya panda de incompetentes! Que vergüenza para el servicio oregones de salud!

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