lunes, 30 de marzo de 2015

¿Es esto mobbing? (II)

Siguiendo con las acusaciones del juez, dice que en relación con el incumplimiento de mis funciones o de las normas reguladoras del funcionamiento de los servicios, está la declaración de la Cabo y nos remite a un número de folio determinado.

Pues bien, yendo a ver lo que dice el citado folio, resulta que pone que yo acudí a una guardia por ser requerida para realizar un líquido cefalorraquídeo.

¿Dónde está aquí la falta? ¿Qué es lo que he hecho mal?

¡Ni idea!

Pero como el pobre hombre (pobre de espíritu, se entiende) no se mira ni uno, ni medio, de los documentos presentados, pues así me va.

Sigue diciendo el juez que me dedico a otras actividades como leer novelas.
Dice que es la Sargento la que afirma la pasividad de la recurrente y que me dedico a leer novelas.

¿Será maquiavélica la Sargento? ¿Creéis que ha aportado alguna prueba? ¿Creéis que hay algún otro testigo que diga lo mismo, en el expediente?

¡Nada de nada!

¡Todo dimes y diretes!

Pero el juez sólo hace caso de lo que le dicen los macacos.

El juez no siente ninguna necesidad de comprobar si los dichos son verdad o no.
¡No le interesa saberlo!

Sigue acusando el juez, diciendo que el Jefe de Personal del hospital me llama la atención sobre mi incumplimiento de los requisitos para pedir permisos, añadiendo además que no aporto justificantes.

¿Será posible esta gran mentira macaquil y del Jefe de Personal?

Pues sí es posible, ya que el Capitán y los macacos prepararon un buen montaje para volverme loca. Y a este montaje se unió el Jefe de Personal.

¡Gran montaje, por cierto! ¡Digno de una mente maquiavélica y diabólica!

Resulta que el Capitán decidió hace unos años, por su cuenta y riesgo, que ya no sería más mi jefe y que pasaría a ser mi jefe el macaco Director.

Y a partir de entonces no quisieron, ni el uno ni el otro, firmar mis días de permiso.

Y a partir de entonces yo me vi obligada a registrar mis peticiones de permisos en Dirección.

Y fue entonces cuando el Jefe de Personal me notificó que yo no seguía el procedimiento habitual de peticiones de permisos.

Porque está claro que, el registrar las peticiones no es el procedimiento habitual.

Pero también está claro que, la intención del Capitán y del macaco Director era que yo no disfrutara ningún permiso o que me cogiera los días de libranza sin permiso.

El colmo de esta trampa fue un día en el que para conseguir que alguien me firmara el permiso para ir al funeral de un familiar, me pasé dos horas yendo del despacho del Capitán, al de Dirección y al del Jefe de Personal.

¡Para volverse loca!

Y encima tienen los macacos la gran caradura de decir que no aporto justificantes.

¡En todo el expediente no hay ni una sola acusación del Jefe de Personal sobre la no aportación por mi parte de justificantes!

¡Imposible!

¡Pero si hay en mi expediente un montón de folios con peticiones de permisos con los justificantes correspondientes!

¡Y no hay una sola petición sin justificante!

¡Y está todo registrado!

¡Serán sinvergüenzas, maquiavélicos y diabólicos el Capitán y los macacos!

1 comentario:

  1. Gran recorte explicando tu cruda realidad que a la vez le ocurre a mucha gente, espero que ni los capitanes ni los macacos ni los jueces que tanto alardean de ser personas sabias y justas consigan que tires la toalla, son solo mercenarios producto de un sistema podrido, donde gente tan luchadora como tu dan brotes de esperanza a la sociedad, mucha fuerza y no estas sola!!

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