jueves, 1 de octubre de 2015

Palabra de juez Blanco



Y… Sigue diciendo el juez Blanco en su deleznable auto sobre el levantamiento de la medida cautelar, según palabras textuales: “… Del mismo modo, se le supone un prejuicio económico (…) es cierto, pero eso en un momento u otro, si se confirma la sentencia, se producirá y tampoco se ha acreditado que no esté dada de alta en el RETA, al no haberse aportado certificado negativo…”.

¿Será posible? ¡Su Ilustrísima Señoría pasa de todos mis documentos! ¡Ni siquiera se ha mirado el certificado de Hacienda que yo aporté!

El satánico Elangelito, para asegurarse de que el juez me quitara la medida cautelar, le dijo que yo, aparte de trabajar en el hospital, tenía privada. Eso fue porque, cuando el juez me concedió la medida, señaló que me la daba porque mi trabajo público era mi única fuente de ingresos.

¡Gran mentira, que yo tenga privada!, cosa que demostré aportando el certificado de Hacienda y además una nómina. Los complementos de la nómina demuestran que trabajo en exclusiva para el hospital y que el diabólico Gerente lo sabe y mintió deliberadamente.

Pero como su Señoría está tocada con el dedo peperil, según su costumbre habitual respecto a todo lo que yo aporto: ¡Ha pasado de mis documentos!

Y… Sigue diciendo el juez: “…aparte de que podría trabajar en el sector privado a partir de ahora…”

¡Claro que podría! ¡Y también podría hacer la calle! ¡No te fastidia!

Pero resulta que no he estudiado ni para lo uno, ni para lo otro. Yo estudié y aprobé unas oposiciones, y con muy buena nota, para trabajar en la sanidad pública.

Y… Sigue diciendo el juez: “…Finalmente, en cuanto a que una hipotética sentencia estimatoria podría dar lugar a un perjuicio económico de la administración, si tuviese que indemnizarle por el tiempo de suspensión, es cierto, pero no sólo es la propia administración la que lo pide, lo cual hace pensar que ha valorado tal riesgo y posible perjuicio…”

¡Para morirse de risa!, si no fuera que a mí me hace llorar.

¿Desde cuándo la administración se preocupa del perjuicio económico que provocan sus actuaciones? ¿Desde cuándo a la administración le preocupa derrochar el erario público?

¡Su Ilustrísima Señoría cree que la gente es tonta! ¡Con la que está cayendo!

El echarme a la calle supone que durante seis meses pagarán a un sustituto por hacer mi trabajo y después me pagarán, y me indemnizarán a mí, por todo el tiempo no trabajado.

¡Casi nada! ¿Pero qué le importa eso al perverso Elangelito? Él, con satisfacer sus caprichos, ya está contento.
Y… Sigue diciendo el juez: “…sino que en el contrapeso  de tal perjuicio hay que ubicar las posibles indemnizaciones que por responsabilidad patrimonial se derivarían si un error en el diagnóstico, una tardanza indebida o un error o confusión por falta de comunicación en el equipo (imagínese un cambio de análisis, por ejemplo) causasen un perjuicio a los pacientes…”

¡Para morirse de risa!, si no fuera que a mí me hace llorar.
El juez repite, como un disco rayado, todo lo que los macacos le dicen y sin comprobar una sola cosa.

Pues sí, su señoría, en eso tiene usted razón, cuando un equipo no funciona bien pueden haber errores de diagnóstico, y de hecho ya los ha habido en este hospital, y uno muy gordo. Tan gordo, tan gordo, que le costó a la administración 60000 euros.
Pero da la casualidad que ese error de diagnóstico no lo pude cometer yo, porque en ese momento yo estaba de baja laboral.
Y el responsable del equipo, y de ese error, es precisamente el Capitán del ejército de hierro.

Pero claro, al juez eso no le interesa saberlo. 

¡Cómo se le nota a su Ilustrísima Señoría el amiguismo macaquil!

No hay comentarios:

Publicar un comentario