sábado, 27 de marzo de 2010

ARTEMISA Y LOS MACACOS RHESUS

La historia empezó hace seis años; cuando se instaló en el sistema sanitario, del área en que yo trabajaba, la macaca No-eh-no y su equipo. El nombre le viene al pelo porque todo lo niega, incluso la evidencia más patente. El brazo ejecutor que me tocó entonces fue el macaco Mortero, decidido a machacar todo lo que funcionaba bien y volverlo todo patas arriba.

El equipo de la macaca No-eh-no decidió que en el ambulatorio donde yo trabajaba, desde hacía muchos años, había que hacer cambios y que mi sección debía desaparecer; y en eso se concentró el macaco Mortero. Y así me obligaron a quedarme en otro ambulatorio de la zona.

En el nuevo emplazamiento ya había una persona dirigiendo el equipo de trabajo y decidíó pasarme la parte más pesada. Esta persona era hombre, y nuestro jefe también lo era.

Tengo que aclarar que el equipo de la macaca No-eh-no se componía hasta hace muy poco de una mujer, ella, y el resto eran hombres. Su método de trabajo era, y sigue siendo, un régimen totalmente machista, a pesar de estar dirigido por una mujer. Que el gobierno actual tenga mujeres en su composición es únicamente de cara a la galería; los gobiernos han sido, y siguen siendo, regímenes machistas. Las mujeres no aportan nada de su espíritu femenino, sólo se adaptan al comportamiento masculino.

Con todo ello quiero resaltar que yo estaba, y estoy, totalmente sumergida en un ambiente machista, del estilo: las mujeres a callar y a trabajar, y el jefe es el jefe y siempre tiene razón.

Las cosas no iban bien en mi nuevo emplazamiento. La organización de mi nuevo sitio era realmente desastrosa dado que se había eliminado mi antiguo lugar de trabajo muy rápidamente, sin prever sus consecuencias.

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