Pues bien, a la vista de
todo lo relatado anteriormente, el juez tiene el valor de decir que del
conjunto de declaraciones mencionadas se refleja una actitud (por mi parte) que
va más allá de la mala educación, siendo faltas de respeto perfectamente
sancionables.
¡Pero si todo son dimes y
diretes!
Y encima, tiene el valor
de decir que yo he creado el mal ambiente y que evidentemente no es un problema
mío con el Capitán, sino con la mayor parte de los compañeros.
¿Será esto posible?
Resulta que el Capitán me
odia y decide, por su cuenta y riesgo, dejar de ser mi jefe, sabiendo que así
podrá ir con acusaciones continuas a los macacos, y así podrá volverme loca.
Y… resulta que el Capitán
machaca a los macacos con acusaciones falsas contra mí, diciéndoles además que
estoy trastocada.
Y… resulta que el Capitán
sondea a todos los trabajadores del laboratorio para ver con quién se puede
aliar.
Y… resulta que el Capitán
consigue que se le compinchen mis no compañeros y los macacos, cosa que tuvo
fácil por lo miserables que son.
Y… resulta que el Capitán
convoca a reunión a mis no compañeros para ver por dónde y cómo me pueden
joder.
Y… resulta que el Capitán
se reúne continuamente con los macacos Director y Gerente para ver por dónde y
cómo me pueden joder.
Y… resulta que he sufrido
continuamente agresiones brutales por parte del Capitán y los macacos.
Y… he tenido que
soportar, desde hace muchos años, humillaciones y represalias continuas.
Y… he sufrido tortura
durante muchos años; es decir, grandes sufrimientos físicos y mentales.
Y… el Capitán y los
macacos han creado un clima tenso y hostil en mi lugar de trabajo.
Y… han causado mi
marginación en mi entorno laboral.
Y… han mancillado mi
reputación, mi trabajo, mis relaciones con la gente y han atacado mi honor e
integridad.
Y… han hecho todo lo
posible para impedirme tener una vida normal.
Y… ¡encima tengo yo la
culpa de todo!
¡Plan perfecto!
¡Enhorabuena Capitán!
¡Qué gran jugada!
Pues a pesar de lo que
dice el juez, ¡todo es un problema creado por el desalmado, maquiavélico y
diabólico Capitán!
Él es quien ha fabricado
esta enmarañada tela de araña, y los macacos la han rematado.
Y con los dimes y diretes
del Capitán y mis no compañeros, el juez se cree con derecho a decir que queda
probada la falta de respeto a los superiores y compañeros.
¡Vaya justicia!
¿Es esto mobbing?
Pues según el juez no y
da sus razones.
Dice el juez, como punto
final: “Debe decirse que estamos ante una multiplicidad de conductas (…) que
son lo que podemos valorar en realidad más, con lo cual el hecho de que haya
una situación en que la recurrente vive lo que considera un acoso, no puede
justificar en absoluto sus conductas, ya que, por un lado, para alcanzar el
nivel de eximente tendría que haber sido una auténtica enfermedad psiquiátrica
que habría dado lugar a una baja por incapacidad psíquica de varios años de
duración. Si ha podido trabajar, no puede decirse que su estado, que no le ha
impedido trabajar continuadamente, pueda justificar una suerte de enajenación”.
¿Será posible lo que leo?
He estado un año de baja
por depresión y varios años de tratamiento psiquiátrico y psicológico, y para
el juez esto no es suficiente.
¡El juez quiere más, y
más, y más… saña, contra mí!
¡Y si puede ser, que me
encierren en un psiquiátrico!
¡Muerto el perro, muerta
la rabia!
Pues si todo esto no es
mobbing: ¡qué baje Dios y lo vea!
Te culpan por ser fuerte, por aguantar el dolor y seguir adelante, por no agachar la cabeza y obedecer.
ResponderEliminarTe han quitado todo lo positivo que puede tener un trabajo, te han dejado en un lugar lleno de negrura y vacío de luz... Y allí sigues tú, al pie del cañón.