lunes, 26 de abril de 2010

El Maravilloso Mundo de las Normas ISO

Con las Normas ISO, el jefe del laboratorio y los macacos del hospital habían descubierto un maravilloso mundo de posibilidades amenazantes. Ésto les ayudaría a reforzar su poderío.
Había que hacer REUNIONES y en ellas sólo contaba la voz del jefe y sus dos brazos: el derecho, la supervisora de enfermería, y el izquierdo, mi no-compañera. A esta no-compañera el jefe la nombró Responsable de la Calidad. A partir de ese momento, los tres se sintieron las personas más importantes del mundo. Yo no contaba para nada. De hecho, ni me miraban a la cara; no levantaban la mirada de la pantalla del ordenador. No tardaron mucho en eliminarme, los tres, de las reuniones.

Había que anotar las INCIDENCIAS. Las incidencias son las cosas que se han hecho mal. Pero como podéis suponer, los poderosos del laboratorio no hacían nunca nada mal; el resto del personal, sí. O sea, que ellos no tenían nunca incidencias; yo, sí.

Había que hacer AUDITORÍAS INTERNAS. Esto significaba que los tres repasaban mi trabajo y anotaban lo que yo hacía mal. Ellos no hacían nada mal. De algo tenía que servir que la Responsable de la Calidad, el brazo izquierdo del jefe, fuera la que pasaba los datos al ordenador. Yo varias veces manifesté que no me parecía correcto que las auditorías nos las hiciéramos entre nosotros, pero ya podeis suponer de qué me sirvió.

También, ellos decían, habrían AUDITORÍAS EXTERNAS. Yo nunca vi a nadie que viniera a hacer una auditoría externa; los fantasmas se debían de encargar de eso.

Había que anotar las NO CONFORMIDADES. Ésto ya era algo muy gordo; a mí éso me sonaba a expediente. De hecho, era la amenaza más fuerte con que contaban; éso asustaba un montón.

De muestra, un botón: el Asesor sirio, que nos había contado las maravillas de las normas ISO, pronto dejó de ser asesor nuestro. Al Asesor le había caído muy bien el jefe, pero a éste, por alguna razón que desconozco, no le caía bien el asesor.
El Asesor, con mucho cariño de su parte, le regaló al jefe un ordenador para su uso particular. El jefe en su casa tenía una mierdecita de ordenador y el Asesor tenía un ordenador mejor que no usaba y debió de pensar que el jefe agradecería su regalo.
Para que veais la dureza del medio en el que me muevo, al poco tiempo el jefe del laboratorio y la Responsable de la Calidad le hicieron una AUDITORÍA al Asesor y le dieron una NO CONFORMIDAD. Después de eso ya no volvimos a ver al Asesor por el laboratorio.

¡Es todo un juego! ¡Y pensar que nos cuesta un pastón tener contentos a los macacos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario