lunes, 3 de mayo de 2010

La Dinámica Perversa del Laboratorio

En el 2006 empezó la época más feliz del jefe del laboratorio. El jefe tenía pensados grandes cambios para establecer definitivamente su ¡Ordeno y Mando!
Primero empezó cambiando el personal laboral mayoritario: cambió las enfermeras por técnicos de laboratorio. Las enfermeras ya no le servían, llevaban muchos años en el laboratorio y no las podía manejar a su antojo.
A los técnicos les podía hacer contratos cada 6 meses, o incluso cada mes, y si no le gustaban, pues no les renovaba el contrato y ¡Punto! Además, a la macaca No-he-no tampoco le gustan los primates con plaza fija que trabajan en Sanidad, pues como ha dicho públicamente, no los puede hacer doblegar a sus intereses (claro que dicho mucho más políticamente).

Además, el jefe tenía previsto cambiar el laboratorio por otro más nuevo y más amplio, con lo cual tenía a los representantes comerciales de las máquinas y reactivos a su capricho, pues no se sabía que casa comercial iba a monopolizar la tecnología del laboratorio. Con este juego consiguió hacer largos viajes al extranjero: Holanda, Canadá y no sé dónde más.

De los cuatro especialistas que tenía a su mando, una era su brazo izquierdo, otra había pedido un traslado a otro hospital y la tercera estaba enferma y con bajas contínuamente.
La única que no le cuadraba era yo.

Así que tenía que martirizarme psíquicamente para hacer realidad su paranoica idea: "Se tiene que ir voluntariamente del área hospitalaria", "Se tiene que ir...", "Se tiene que ir..."

No me podía echar de otra manera, pues yo empecé a trabajar en el área hospitalaria antes que todos ellos y tengo la plaza en propiedad por oposición mucho antes que los otros especialistas a su cargo.

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