En el 2006 empezó la época más feliz del jefe del laboratorio. El jefe tenía pensados grandes cambios para establecer definitivamente su ¡Ordeno y Mando!
Primero empezó cambiando el personal laboral mayoritario: cambió las enfermeras por técnicos de laboratorio. Las enfermeras ya no le servían, llevaban muchos años en el laboratorio y no las podía manejar a su antojo.
A los técnicos les podía hacer contratos cada 6 meses, o incluso cada mes, y si no le gustaban, pues no les renovaba el contrato y ¡Punto! Además, a la macaca No-he-no tampoco le gustan los primates con plaza fija que trabajan en Sanidad, pues como ha dicho públicamente, no los puede hacer doblegar a sus intereses (claro que dicho mucho más políticamente).
Además, el jefe tenía previsto cambiar el laboratorio por otro más nuevo y más amplio, con lo cual tenía a los representantes comerciales de las máquinas y reactivos a su capricho, pues no se sabía que casa comercial iba a monopolizar la tecnología del laboratorio. Con este juego consiguió hacer largos viajes al extranjero: Holanda, Canadá y no sé dónde más.
De los cuatro especialistas que tenía a su mando, una era su brazo izquierdo, otra había pedido un traslado a otro hospital y la tercera estaba enferma y con bajas contínuamente.
La única que no le cuadraba era yo.
Así que tenía que martirizarme psíquicamente para hacer realidad su paranoica idea: "Se tiene que ir voluntariamente del área hospitalaria", "Se tiene que ir...", "Se tiene que ir..."
No me podía echar de otra manera, pues yo empecé a trabajar en el área hospitalaria antes que todos ellos y tengo la plaza en propiedad por oposición mucho antes que los otros especialistas a su cargo.
Primero empezó cambiando el personal laboral mayoritario: cambió las enfermeras por técnicos de laboratorio. Las enfermeras ya no le servían, llevaban muchos años en el laboratorio y no las podía manejar a su antojo.
A los técnicos les podía hacer contratos cada 6 meses, o incluso cada mes, y si no le gustaban, pues no les renovaba el contrato y ¡Punto! Además, a la macaca No-he-no tampoco le gustan los primates con plaza fija que trabajan en Sanidad, pues como ha dicho públicamente, no los puede hacer doblegar a sus intereses (claro que dicho mucho más políticamente).
Además, el jefe tenía previsto cambiar el laboratorio por otro más nuevo y más amplio, con lo cual tenía a los representantes comerciales de las máquinas y reactivos a su capricho, pues no se sabía que casa comercial iba a monopolizar la tecnología del laboratorio. Con este juego consiguió hacer largos viajes al extranjero: Holanda, Canadá y no sé dónde más.
De los cuatro especialistas que tenía a su mando, una era su brazo izquierdo, otra había pedido un traslado a otro hospital y la tercera estaba enferma y con bajas contínuamente.
La única que no le cuadraba era yo.
Así que tenía que martirizarme psíquicamente para hacer realidad su paranoica idea: "Se tiene que ir voluntariamente del área hospitalaria", "Se tiene que ir...", "Se tiene que ir..."
No me podía echar de otra manera, pues yo empecé a trabajar en el área hospitalaria antes que todos ellos y tengo la plaza en propiedad por oposición mucho antes que los otros especialistas a su cargo.
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