miércoles, 3 de mayo de 2023

La Historia es una Patraña

 

Y no lo digo yo, lo dijo Henry Ford, el fundador de la factoría Ford.

Yo estoy de acuerdo con él, sobretodo en la parte que corresponde a la Historia Antigua y Medieval.

Es real que en la segunda mitad del siglo XVII explotó una crisis de ambición entre las familias poderosas centroeuropeas. Para entonces se había desarrollado mucho el comercio allende los mares y estas familias, que eran descendientes de los primeros gobernantes europeos, se creyeron con el derecho de poseer el mundo entero. 

Estos perversos reptiles coronados por sí mismos, con dinero para disponer de mercenarios, empezaron una serie de guerras entre ellos para marcar su territorio y adquirir muchos más. Luchas que implicaron a la población del mundo entero y que arrastramos hasta nuestros días.

De esta manera se inició la destrucción del Antiguo Régimen, la Edad Media, y se dio paso al Nuevo Régimen, La Edad Moderna.

Para dominar a las gentes y llevarlas por el camino de la esclavitud, que les interesaba mucho, reinventaron el cristianismo y la historia.

La historia tal como la conocemos, la que nos han enseñado en las aulas y colegios, fue desarrollada durante el siglo XIX y XX. La compañía de Jesús, el ejército del Papa, requisó y destruyó la biblioteca de Alejandría y compuso la Biblia Cristiana, con el Antiguo y Nuevo Testamento. No siendo la Biblia nada más que un manifiesto de comportamiento de los nuevos cristianos.

El Antiguo Testamento nos habla de un Dios batallador, justiciero y castigador. Un Dios que nos enviará al Infierno si no nos comportamos como ellos quieren. Y el Nuevo Testamento nos dice cómo nos debemos comportar para que no nos envíen directamente a la hoguera.   

Así fue que La Satanísima Inquisición convirtió en cenizas a todos los que no quisieron pasar por su yugo católico-romano. En los albores del siglo XX casi no quedaba en España una sola persona que no fuera, no ya cristiana, sino católica. Alguna quedaba y Francisco Franco, el dictador se encargó de rematar la faena. Con este acólito del Papa romano fuimos todos poseidos por el catolicismo en España.

La Inquisición, controladora del saber de entonces, instauró la censura, después de requisar todos los documentos públicos y privados anteriores al siglo XVIII. Muchos fueron a parar al crematorio del Infierno, los que no compaginaban con su pensamiento, y otros muchos fueron a parar a la gran Biblioteca Secreta del Vaticano. Ni se sabe lo que allí tienen escondido.

Consecuencia de ello es que nadie sabe, ni puede saber, la historia real antes del siglo XVIII. Todo lo que nos han transmitido ha sido por vía de monjes, enclaustrados en sus conventos medievales, realizando copias de copias de no se sabe qué original. El original ni se encuentra, ni se tiene intención de encontrarlo.

A la suma de la patraña se unieron los intelectuales, monárquicos unos y masones otros, de las universidades creadas en el siglo XIX.

Con la fundación de los Estados en el siglo XIX, por todo el orbe, se inventó la Historia Antigua correspondiente a cada uno de ellos y todas ellas coordinadas por el consenso de sabios y jerarcas mundiales. Todo para adaptar la Historia Mundial a sus propósitos capitalistas. Fue la mejor manera que tuvieron de narrar acontecimientos, ideales y falsos, a personas inocentes que se lo creyeron todo a pies juntillas. La manipulación de las masas siempre ha sido un negocio próspero para los más poderosos. Si algo no existía se inventaba para justificar las acciones determinadas por el poder y si algo que había ocurrido molestaba, se daba un tijeretazo y asunto concluido.

La realidad es que hay una brecha histórica anterior al siglo XVIII y que no tenemos ni pajolera idea de que sucedió antes de ese siglo. La verdad se encuentra en la inmensa bodega del Vaticano. Es un archivo supersecreto al que no puede acceder nadie que no esté controlado por el sistema lagartiano.

¿Qué hay en esa bodega? La Wikipedia dice que es uno de los centros de investigación histórica más importantes del mundo. Posee unos 150000 documentos, más de 650 fondos de archivos distintos y una extensión de unos 85 km lineales de estanterías, que llegan a cubrir unos ochocientos años de historia.

¡Ahí es nada! ¡La más grande cueva de Alí Babá!

¡Ya va siendo hora de que exijamos la devolución de los documentos al pueblo del mundo mundial! ¡Y de que nos deshagamos de los ladrones! 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario